domingo, 18 de septiembre de 2011

Tiramisú


Sin horno y sin cocción. Creo que son dos cualidades a resaltar para este rico postre y que demuestran la facilidad con la que se puede hacer. Por lo demás poco misterio tiene aunque eso sí, mejor de un día para otro y a poder ser con una comida no demasiado copiosa delante porque es bastante potente y sería bueno poderse levantar de la mesa una vez finalizada.

Ingredientes:
  • 250 gramos de queso Mascarpone
  • 250 milílitros de nata para montar
  • 3 huevos
  • 100 gramos de azúcar
  • 24 bizcochos de soletilla sin gluten (o bizcocho genovés cortado a medida)
  • 100 gramos de cacao puro en polvo
  • Un chorrito de zumo de limón
  • 1 chorrito de vino Marsala
  • 1 buena taza de café solo

Preparación:

Echamos la mitad del azúcar en la nata y la montamos hasta que quede muy compacta. Quedará bastante mejor si el recipiente en el que lo hacemos es metálico y está frío. Si además el azúcar lo molemos con un molinillo mejor aunque es opcional.

Separamos las yemas de las claras y montamos éstas últimas a punto de nieve junto con el chorrito de limón. Reservamos.

En un recipiente ponemos las yemas de los huevos y las mezclamos con el azúcar restante y el queso con una cuchara de madera, teniendo cuidado de no hacerlo demasiado rápido para no aportar nada de calor a la mezcla. Cuando todo esté bien integrado añadimos la nata montada y después las claras, mezclando también despacio para que no se bajen las claras. Reservamos toda la mezcla en la nevera.

En la taza de café (yo suelo utilizar un par de lungos de una cafetera Nespresso) se disuelve un tercio del cacao y se añade el chorro de vino. Si no se tiene a mano Marsala dado que no es demasiado fácil encontrar se puede utilizar un vino Jerez seco.

En la fuente donde vayamos a hacer el tiramisú ponemos en el fondo la mitad de los bizcochos (dependiendo del tamaño igual sobran) y se empapan con el café que habíamos preparado. Una vez hecho se añade la mitad de la mezcla que habíamos reservado en la nevera, teniendo cuidado de que cubra todos la capa de bizcochos. Se añade otra nueva capa de bizcochos, se empapan y se pone el resto de la mezcla, quedando así dos pisos de bizcochos y queso.

Para finalizar únicamente nos queda espolvorear por encima el resto de cacao que nos había quedado después de realizar la mezcla del café.

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